Siete observaciones sobre el estilo
Posted on mayo 5, 2010 by Carmen Maria
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Los que empezamos a escribir solicitamos consejo, tomamos apuntes y a veces aplicamos lo que nos dicen, así como muchas veces no lo hacemos. Lo cierto es que podemos ahorrarnos muchos borrones si ponemos atención a escritores consagrados, como Azorín, quien proporcionó en su momento los siguientes “Aforismos inconclusos para escritores noveles” no sin antes afirmar que nadie sabe cómo se debe escribir.
- Poner una cosa después de otra y no mirar a los lados. Hay que escribir directamente, es superfluo todo lo que dificulte la marcha del pensamiento escrito. Evitar cuestiones secundarias y marginales.
- No entretenerse. No amplificar, lo accesorio, desecharlo. Quedarnos con la médula.
- Si un sustantivo necesita un adjetivo, no le carguemos con dos. El emparejamiento de adjetivos indica esterilidad de pensamiento. Y mucho más la acumulación inmoderada.
- El mayor enemigo del estilo es la lentitud. Leemos un estilo lento y nos desesperamos, quisiéramos poder empujarle para que siga su camino.
- Nuestra mayor amiga es la elipsis. No tengamos miedo a la abreviación violenta.
- Dos cualidades esenciales tienen los vocablos, una de ellas es el color. Es indiferente el usar palabras populares o cultas, el color de los vocablos (su novedad o ranciedad) no tiene nada que ver con el estilo.
- La otra cualidad de los vocablos es el movimiento. El estilo lo da la colocación, (movimiento) de las palabras en la construcción, es decir: la sintaxis. El movimiento es la vida, no hay nada sin movimiento.
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En resumen: ser concretos, directos y aprender a poner bien las palabras dentro de la frase. Difícil…pero no imposible de juglar.
Y a la hora de escribir la estructura, no entretenerse con secciones o expresiones que tengamos muy claras, sino dejar el guión hecho y luego habrá tiempo para documentarse. 😉
De acuerdo contigo, hace falta fluir primero, y una vez que haya tela de dónde cortar, acotar. 🙂
Todos tenemos una vena inspiradora, sólo hay que darle rienda suelta a la imaginación.